Entre los múltiples poderes que se le atribuyen al santo se destaca el de hacer a sus devotos invulnerables al daño, además de inclinar a su favor la suerte en la fortuna y el amor.
Al santo se le piden gracias o se le solicitan daños.En el primer caso se lo puede colocar sobre el retrato de la persona a la que se quiere enamorar; colgarlo cabeza abajo hasta que satisfaga el pedido o enterrarlo en el patio de la casa o frente a la puerta de entrada hasta que cumpla.
En el caso de que se desee hacer daño a un enemigo, también se lo puede asentar sobre el retrato de este o colocarlo mirando hacia el lugar donde vive la persona a la que se desea hacer mal.
Es también creencia que para que el santo comience a actuar hay que llevar su imagen durante siete viernes seguidos a siete iglesias distintas. Luego se lo puede colocar en un altar forrado de negro.
Es conveniente para asegurarse su protección, hacerle alguna promesa que no debe dejar de cumplirse so pena de recibir su castigo. La influencia milagrosa del santo solo es efectiva si su imagen esta bendecida, y lograrlo no es sencillo dado que el encargado de impartir esta bendición debe ser sacerdote, y es muy difícil hallar uno que se preste para tal fin.
La mejor opción es llevar la imagen que es bastante pequeña de por si, escondida entre un ramo de flores o estampitas de otros santos católicos y descubrirla en el momento en que el cura imparte la bendición, en ambos casos la bendición se considera válida.
miércoles, 27 de enero de 2010
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